«¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad». Jorge Luis Borges

¿Para qué vamos a traer el tema de la muerte a la terapia? ¿Para qué vamos a rascar donde no está picando? se pregunta el psicoterapeuta Irving Yalom en Os desafíos da terapia.

Aprender a vivir bien es aprender a morir bien. Esto concluyeron variados pensadores. Quien está muriendo mal es porque vivió mal.

La idea de la muerte nos puede salvar.

Las personas en estados terminales  se sienten más sabias, revisan las prioridades de sus valores y comienzan a trivializar las nimiedades de la vida.

«Qué lástima que hayamos tenido que esperar hasta ahora, hasta que nuestros cuerpos estuviesen devastados por el cáncer, para aprender a vivir«

Quienes han trabajado con grupos de pacientes oncológicos señalan que son muy frecuentes los testimonios como el anterior.

Las experiencias límites o la muerte de alguien cercano nos confrontan con nuestra propia muerte.

Discusiones sobre envejecimiento, cambios en el cuerpo, la salida de los hijos del hogar, la jubilación, el nacimiento de los nietos: tienen que ver con la mortalidad.

¿Cómo conversamos sobre la muerte?
¿Qué muertes usted vivenció? ¿En qué velorios estuvo?
¿Cuáles son sus creencias religiosas referente a la muerte?
¿Cómo han cambiado sus actitudes en relación a la muerte durante su vida? ¿Fantasías y sueños sobre la muerte?


Indagar calmamente sobre lo que tiene de aterrorizante la muerte. Esto generalmente incluye el proceso de morir, la preocupación con los que sobreviven, el asunto de la vida después de la muerte.

Yalom hace una más que interesante observación:

Es frecuente que las preocupaciones con la muerte tengan disfraces sexuales.

Algunos pacientes expuestos a una gran amenaza de muerte son tomados de manera súbita por pensamientos sexuales.

En el idioma francés existe un término para la palabra orgasmo: le petite mort («la pequeña muerte»). Esto tiene relación con la eliminación del dolor de la separación durante el orgasmo. El yo solitario desapareciendo en el nosotros fundido.

Tiempo de más

Hace unos años estaba buscando información sobre la obra de Carlos Castaneda, antropólogo y escritor peruano, y bestseller de la contracultura.

Imprimí un par de recopilaciones dentro de las cuales subrayé algunas ideas referidas al tópico que hoy nos ocupa:

«(…) Nos esforzamos por convencernos de que todavía tenemos mucho tiempo por delante. Ahuyentamos los pensamientos relacionados con la muerte».

El autor enfatiza el hecho de ver la muerte siempre al lado nuestro.

«¿Cómo uno puede sentirse tan importante sabiendo que la muerte nos está acechando?(…) Dejar la maldita mezquindad de las personas que llevan sus vidas como si la muerte nunca las fuera a tocar».

«Te queda muy poco tiempo y ninguno para idioteces. ¡Espléndido estado!»

«Hay una extraña felicidad en actuar con el pleno conocimiento que lo que uno está haciendo puede ser muy bien su último acto en la tierra».

Si te gusto este artículo te recomendamos también leer: «Sobre ser felices y otros malentendidos«.

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