Los motivos para ir al psicólogo pueden ser muchos. Me gustaría abordar este artículo intentando ir un poco más allá de los tópicos más comunes.
Tengo una lista de los mismos basada en mi experiencia clínica y personal que creo puede aportar algo al respecto. No están en orden de importancia, se disponen según los iba pensando.
1) Combatir nuestros demonios
La vida nos coloca en situaciones de conflicto interno y externo. Las batallas de la mente son tan reales como las que se libran en los campos.
Quien ejerce como terapeuta, haciendo las veces de estratega, nos ayuda a abordar los enfrentamientos emocionales, a encontrar nuestras fortalezas y a superar nuestras debilidades.
Los traumas, las adicciones y los trastornos mentales pueden convertirse en adversarios formidables.
Quien practica la psicología de manera profesional nos impulsa a confrontar estos demonios, a sanar heridas, a recuperar la paz interior.
2) Descifrar misterios y verdades ocultas
En nuestra psiquis se entremezclan sueños, recuerdos, deseos y temores. Como Virgilio en la Divina Comedia, quien da terapia nos guía a través del inframundo de la mente, ayudándonos a entender su complejidad y encontrar respuestas a incógnitas profundas.
Nos acompaña por aguas desconocidas. En terapia se teje una narrativa de autodescubrimiento y transformación en la mente del individuo.
Buscar ayuda psicológica es como sumergirse en una novela, explorando los recovecos de la psique y descifrando los misterios de la vida. En terapia buscamos la verdad.
El espacio nos ayuda a desentrañar las percepciones erróneas, a descubrir nuestras verdades personales.
3) Para desarrollar la valentía
Bastante ya se ha repetido aquello de que ir a terapia no es un signo de debilidad sino una muestra de valentía.
No obstante, no deja de ser cierto. Agregaría que implica además una herida narcisista y cultivar la humildad.
Aceptar que no sabemos todo de nosotros y del mundo, que no somos omnipotentes. También observar desde otra perspectiva nuestros aciertos y errores. No es fácil entrar en terapia, no basta con asistir.
La decisión de buscar ayuda de un psicólogo es un acto de coraje determinación. Es el primer paso.
4) El peso de las historias
Las narrativas que nos atrapan Las narrativas que creamos sobre nosotros mismos y nuestras vidas pueden moldear nuestra percepción y nuestras decisiones. Pueden ser cárceles que limitan el crecimiento.
Las experiencias pasadas, la memoria, influye en la percepción y en la forma en que construimos nuestra identidad.
La búsqueda de identidad puede ser una odisea. La terapia tal vez nos lleve a comprender quiénes somos en realidad, liberándonos de las máscaras que cargamos y permitiéndonos aceptarnos.
Si reinterpretamos nuestra historia también el pasado se modifica. No es verdad que lo que pasó no se puede cambiar.
5) El amor
El amor de pareja y las relaciones son temas recurrentes en el consultorio. Las relaciones pueden ser tanto fuente de dicha como de conflicto.
Empezar a comprender nuestras dinámicas de relación, a mejorar la comunicación y a sanar algunas heridas nos pueden permitir encontrar un amor saludable.
6) La muerte
La muerte es una realidad ineludible en la vida humana. Debemos aprender a afrontar la mortalidad, a lidiar con el duelo y a encontrar significado en la finitud de la existencia. Dar cuenta de lo que implica la fugacidad de la vida nos puede llevar a vivir de manera más plena y auténtica.
7) La ilusión de la percepción
La mente tiende a distorsionar la realidad, tejiendo ilusiones y creencias erróneas, la mente puede engañarnos.
Descifrar las trampas de la percepción, desentrañando la maraña de ilusiones y permitiéndonos ver la verdad detrás de la cortina de humo es parte de este trabajo.
8) Los espejismos emocionales
Las emociones pueden teñir nuestra percepción de la realidad. Las tormentas emocionales están presentes en la vida de todas las personas.
Se trata de aprender a navegar en medio de ellas, de encontrar la calma en el ojo del huracán y de manejar las emociones de manera más constructiva.
9) El tiempo
Las experiencias pasadas influyen en el presente y las elecciones actuales afectan el futuro. Adquirir una perspectiva del paso del tiempo nos deja vivir manera más consciente y significativa.
11) La soledad
La soledad suele ser una carga pesada. El aislamiento, la falta de apoyo emocional y las dificultades en las relaciones desembocan en la soledad emocional.
En las sesiones se navega por aguas solitarias, se logran encontrar conexiones significativas y, por muchos momentos, se alivia la carga de la soledad.
12) La redención
Guarda relación con la oportunidad de encontrar la paz interior, con tomar un camino hacia la sanación y el crecimiento. Con superar los errores de otro tiempo y avanzar con un sentido renovado de propósito y significado.
13) Hablar sobre tus problemas
En el consultorio hablamos sobre preocupaciones, problemas y emociones. El mero hecho de compartir lo que nos preocupa es fuente de alivio del estrés y la ansiedad.
La sesión se tiene que constituir como un espacio seguro y confidencial donde podemos expresar nuestros pensamientos y sentimientos sin temor a juicios o críticas.
14) Encontrar apoyo en momentos de crisis
Ya sea por la pérdida de un ser querido, una separación, un trauma o cualquier otra circunstancia difícil, podemos encontrar apoyo emocional y herramientas para enfrentar y superar estos momentos.
15) Desarrollarnos como personas
No se trata solo de resolver problemas, sino también de crecer como individuo.
De explorar y comprender nuestros patrones de pensamiento, emociones y comportamientos.
Conocernos más nos lleva a tomar mejores decisiones, nos permite poder hacer algo con aquello que hasta el momento permanecía en nuestra sombra, con lo que todavía no habíamos hecho consciente.
16) Mejorar los vínculos
La terapia nos puede ayudar a mejorar las habilidades de comunicación, a resolver conflictos y a fortalecer las relaciones interpersonales.
Incluso lo que sucede en el momento mismo de la sesión se puede transformar en material para ser analizado. Las relaciones humanas están llenas de pasiones y conflictos, son reflejos de nuestras luchas y deseos.
17) Afrontar trastornos mentales
Trastornos como la ansiedad o la depresión requieren tratamiento psicológico. En algunos casos el abordaje necesita ser integral e incluye la interconsulta con psiquiatra y la prescripción farmacológica.
18) Prevenir dificultades futuras
A veces tener un espacio de psicoterapia regular nos lleva a identificar y abordar problemas antes de que se conviertan en crisis.
Esto nos permite mantener un cierto equilibrio emocional y advertir la aparición de problemas más graves en el futuro.